¿Qué aspectos se deben medir al evaluar un programa social y qué precauciones hay que considerar para hacerlo de forma adecuada? Esas son algunas de las preguntas que se abordaron en la cuarta y última sesión del Ciclo Tendencias de Filantropía 2023, organizado por el Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (CEFIS) de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).
El panel estuvo liderado por la directora del CEFIS, Emilia González, quien dio inicio a la conversación planteando algunos de los desafíos que hoy en día debe abordar la evaluación de programas sociales. Lo anterior, especialmente pensando en las consideraciones éticas, los cuidados y la responsabilidad con la que se deben hacer estos procesos para no pasar a llevar a las personas que están participando de los programas.
“Muchas veces al evaluar un programa social queremos saberlo y conocerlo todo. Eso a veces significa meternos en el día a día de las personas, por lo que es clave que existan una serie de cuidados y normas para llevar adelante ese proceso”, señaló la directora. “Hay que preguntarnos cómo nos aseguramos de que todos los actores que se ven involucrados en la evaluación vean sus intereses y riesgos representados en el proceso y en la toma de decisiones”.
Las expositoras invitadas para abordar este tema en el panel fueron Verónica Sánchez, cofundadora y directora de First Impact; María Luisa Correa, coordinadora del área de estudios de la Fundación San Carlos de Maipo; y Macarena Cea, directora de Evaluación y Desarrollo de Fundación Luksic.
Durante su presentación, Macarena Cea explicó el modelo de evaluación que aplica la Fundación para evaluar sus programas en sus diferentes etapas: Planteamiento del problema; Diseño o rediseño del programa; Evaluación de implementación; Evaluación de resultados y Evaluación de impacto.
“Desde el área de Evaluación y Desarrollo incorporamos un enfoque metodológico para el desarrollo de nuestros programas, donde hay una teoría del cambio y por lo tanto un impacto esperado. Los programas que implementamos están basados en evidencia y el modelo de evaluación está orientado a la mejora continua de nuestros programas”, explicó la directora.
Algunas de las temáticas que se abordaron durante el panel estuvieron enfocadas, entre otras cosas, a la importancia de considerar la evaluación como un medio para tomar decisiones en pos de los beneficiarios, no como un fin en sí misma. También, la importancia de basarse en la evidencia ya existente al momento de decidir y no sobreutilizar recursos de forma innecesaria; finalmente, no perder de vista el “para qué”, entendiendo que no necesariamente todas las iniciativas requerirán una evaluación de impacto cuando existe evidencia de sobra que las respalde.