Desafiando la escasez hídrica del norte de país, Pietro Alberti hoy tiene 350 metros cuadrados de cultivo de tomate cherry bajo invernadero.
Muchos no le creyeron e incluso le cerraron la puerta y es que encontraban que era una idea totalmente descabellada e imposible de concretar, dada la falta de agua en la zona. “Fue tanto así que nos dijeron que nosotros estábamos contando mentiras. Pero como yo digo, somos 4 ariqueños locos que soñamos con plantar el desierto”, cuenta Pietro Alberti y explica que a pesar de todo él y su equipo no se desanimaron y continuaron trabajando para sacar adelante su proyecto llamado “Cultivando el Desierto más árido del mundo”.
A pesar de su entusiasmo y convicción, Pietro admite que después de no tener éxito en otros programas sintió decepción del sistema. Justo en ese momento, se enteró del nuevo concurso que lanzaba Andrónico Luksic: Impulso Chileno. “Debo admitir que puse todo mi corazón en la postulación porque ya sentía que era una última opción para buscar fondos”, recuerda.
Este soñador quería demostrar que podía concretar su idea, que efectivamente era algo factible. Una de las dificultades era la escasez hídrica en la zona. Hizo cálculos, estudió el proyecto y llegó a la conclusión de que en 126 metros cuadrados se podían plantar hasta 3.800 kilogramos de tomate cherry usando solo un tercio del agua que se requiere en el sistema de riego por goteo, a través de la condensación del agua que se encuentra en el aire. “Nosotros teníamos un pequeño prototipo de 2 bandejas y aunque la gente lo podía ver y visitarnos, a nadie le interesó. Por eso nuestro objetivo era tener un módulo productivo a una escala que pudiéramos demostrar que esto si funcionaba”, dice Pietro.
Objetivo cumplido. El emprendedor ariqueño supo convencer al Jurado de Impulso Chileno y se convirtió en uno de los grandes ganadores de la primera versión. Recibió financiamiento para desarrollar su proyecto y capacitaciones con la Escuela de Administración UC. “Las mentorías nos ayudaron a enfocar de mejor manera nuestro negocio y por lo menos a mi, personalmente, me ayudó a crecer como persona. Además pudimos realizar la inversión completa que nos dio la posibilidad de tener 350 metros cuadrados de cultivo de tomate cherry bajo invernadero, para poder cuidar nuestra inversión y disminuir el uso de químicos o pesticidas”.
Enterado de la tercera versión de Impulso Chileno, que mantiene sus postulaciones abiertas hasta este domingo 11 de octubre, Pietro Alberti hace una invitación: “A todos los emprendedores, les digo que no se rindan, la lucha y su perseverancia los ayudará a llegar a donde quieran. Para algunos es más fácil y para otros es más difícil pero todo depende del esfuerzo de cada uno. Lo mejor de poder ser parte de Impulso Chileno es la familia que queda a tu lado que siempre estará atento y apoyándote en todo momento”.
Pietro cuenta con orgullo que fue un año y medio de trabajo donde tuvieron que enfrentar varias dificultades, primero la crisis social tras el 18 de octubre y luego la crisis sanitaria. En varios momentos no pudieron traer equipos desde Santiago y muchos materiales subieron sus precios. “A pesar de todo logramos llegar a nuestro objetivo que hoy llamamos Hidrodesierto SpA. Hoy estamos cultivando tomate cherry, con 240 plantitas y vendiendo ya toda nuestra producción con éxito”.
Para Alberti, los principales avances han sido poder hacer su proyecto posible y demostrar que es aporte para lugares que sufren con escasez hídrica: “Impulso Chileno fue la oportunidad real para poder combatir con los desafíos de nuestro planeta y sentir que podemos aportar con un granito de arena”.
En esta nueva edición de Impulso Chileno, la Fundación Luksic premiará a 100 emprendedores con entre $3 y $5 millones de pesos y 6 meses de acompañamiento académico con la Escuela de Administración de la UC y mentorías con Simón de Cirene.