GANADORA DE IMPULSO CHILENO BUSCA CONQUISTAR EL MERCADO EXTRANJERO CON SU MARCA TISSÉ

28 •  diciembre •  2021
  • Hace cuatro años, tras el diagnóstico de dermatitis atópica de su hija, Karina Riquelme creó un jabón para ayudarla con su patología. En 2018 ganó la primera versión del concurso de Fundación Luksic y hoy, tiene su propia línea de productos, que se venden en todo el país y que pronto llegarán al mercado mexicano.

“Tissé creció y es el momento de compararnos con grandes marcas”, con esas palabras la ganadora de la primera versión del concurso Impulso Chileno de Fundación Luksic, que entrega financiamiento y acompañamiento académico a emprendedores de todo Chile, describe los desafíos y sueños que tiene con su negocio.

Enfermera de profesión, Karina Riquelme cuenta cómo ha crecido su emprendimiento, que comenzó buscando una solución para la piel atópica de su hija. Decidida a encontrarla, en el 2018 tomó un curso de elaboración de productos naturales. “Aprendí a hacer un jabón especial. Lo usó y a las 24 horas vi cambios en su piel, pasó de verse escamada a hidratada. Ahí noté lo importante que era saber fabricar un buen producto”, recuerda la emprendedora.

Desde la creación de su primer jabón han pasado más de tres años. Su negocio crece cada día y Karina es testigo de cómo sus productos cambian la vida de sus clientes. Los desafíos son grandes, pero la motivación de seguir ayudando a personas como su hija es aún mayor.

La dueña de “Tissé” cuenta cómo ha sido este periodo de aprendizaje y crecimiento, y cómo han nacido nuevos productos y oportunidades para llevar su marca a países como Brasil y México.

El diagnóstico

Consultas, doctores y tratamientos. Un sinfín de ellos durante ocho años y Karina veía que ninguno daba los resultados esperados para tratar la dermatitis atópica de Catalina. Decidida a mejorar la calidad de vida de su pequeña, tomó el curso de elaboración de productos naturales en septiembre de 2018. Su primer jabón sería el inicio de un camino que jamás imaginó.

En ese entonces se desempeñaba como enfermera en el área pediátrica atendiendo a pacientes entre cuatro a 12 años y veía muchos casos recurrentes de pieles secas y con dermatitis. “El 30% de la población en Chile, en ese momento, se veía afectada por esta patología, mientras que a nivel mundial la cifra era del 10%”, explica la enfermera.

Un día, sin estar buscando, llegó a la publicación sobre la postulación a la primera versión de Impulso Chileno. “Ingresé de curiosa a revisar más detalles y me gustó mucho el enfoque que tenía el concurso, y me dije ‘si a mi hija la pude ayudar, por qué no ayudar a las otras personas con las mismas patologías’ y mandé el formulario”, cuenta Karina. 

En diciembre recibió la gran noticia: fue seleccionada dentro de los 60 ganadores del concurso. El premio que recibió fue de financiamiento para su negocio – $10 millones de pesos-, mentorías personalizadas y clases dictadas por la Escuela de Administración de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El despegue

 Para que el negocio funcionara y tuviera un futuro prometedor, el siguiente paso para Karina fue formalizar la empresa en abril de 2019, firmó un convenio con un laboratorio de producción de productos y obtuvo el registro de la resolución sanitaria del Instituto de Salud Pública para fabricar este tipo de artículos.

“Entre diciembre y abril fueron meses de mucho aprendizaje. Yo no tenía idea de cómo funcionaba el mercado. Impulso Chileno fue clave para poder despegar, las clases y asesorías ayudan a complementar todo lo que significa tener un emprendimiento y cómo impulsar su crecimiento”, afirma Riquelme.

La enfermera de 34 años se describe como una persona perseverante y cuenta que le cerraron muchas puertas, pero que continuó golpeando hasta que un laboratorio le dio la oportunidad. Con ellos sacaría sus primeros dos productos: una crema de cuerpo para personas con dermatitis atópica y una crema para manos para personas con dermatitis de contacto. En esa oportunidad tardó aproximadamente seis meses en vender 1.200 unidades. Hoy esa misma cantidad se agota en un mes y medio.

En 2020, obtuvo el registro sanitario para elaborar tres nuevos productos, todos orientados a tratar problemas en la piel. “Con la pandemia estos problemas se exacerbaron, las consultas de dermatología tenían una larga fila de espera, la cuarenta afectaba a los niños y bajo este escenario, las ventas de Tissé aumentaron”, cuenta la emprendedora. Los nuevos productos lanzados en plena pandemia también apuntaban a ayudar al personal de salud, que tras extensas jornadas con mascarillas y elementos para protegerse del Covid-19, veían su piel afectada.

Con la meta de seguir creciendo, Karina postuló a nuevos fondos, adjudicándose dos de ellos. Se trata de “Semilla expande” de Corfo y uno de Startup Chile, que de 250 emprendimientos a nivel mundial, solo se seleccionaron 24. Recibió financiamiento y asesorías para seguir haciendo crecer su emprendimiento.  “Esto nos ayudó a obtener la certificación dermatológica para productos dermocosméticos, donde especialistas realizan estudios y establecen que son aptos para pieles sensibles, hipoalergénicos y recomendados para bebés, niños y adultos” explica.

Pronto, adelanta Karina, Tissé tendrá disponible nuevos productos. “Vamos a asociarnos con un prestigioso centro dermatológico en Brasil para continuar con nuestra investigaciones en pieles atópicas. Nos convertiremos en la primera empresa chilena que va a lograr tener una formulación especial para pieles atópicas”, afirma orgullosa Karina.

Tissé cruza fronteras

Dermatitis atópica y de contacto. Tissé nació para tratar estas dos patologías, pero uno de los próximos desafíos de Karina es cubrir muchas más. Además, un objetivo para el 2022 es “levantar el primer fondo de inversión que nos permitirá entrar al retail y ampliar los productos. Ya estamos trabajando en conjunto con el país mexicano y esperamos pronto que nuestros productos lleguen a ese país”, dice la ganadora de Impulso Chileno.

“Tissé creció y llegó el momento de compararnos con grandes marcas. Tenemos todo para salir a conquistar el mundo y llegar a los países de Latinoamérica”, dice la enferma que en 2019 dejó su trabajo para dedicarse a tiempo completo al negocio.

Desde ahora, sus productos, que no son testeados en animales, solo se venderán en envases de vidrio, dejando atrás el plástico. “El cuidado del medio ambiente es parte de la identidad de nuestra empresa”, asegura Karina.

Actualmente Tissé tiene nueve productos en el mercado y en el verano se sumarán dos más: una crema facial para pieles enrojecidas e irritadas y protector solar. Se pueden comprar en su sitio web www.tisse.cl y de aquí a enero abrirá sucursales en diferentes regiones del país.