Hace algunos días se le entregó el Premio Nobel de Economía a Claudia Goldin, economista de Harvard (primera mujer en tener una cátedra permanente en el departamento de economía), por sus estudios sobre la brecha en materia de género en el mercado laboral.
Sus estudios, que consideran más de 200 años de historia económica, entregan evidencia concreta a algo que muchos intuimos: hay que partir por casa. Para fomentar la inclusión de las mujeres en el mercado laboral formal, es fundamental una distribución más igualitaria de las labores domésticas no remuneradas.
La existencia de barreras asociadas a los quehaceres del hogar y al cuidado de otros es una tremenda brecha para las mujeres, no sólo para que puedan ingresar al mundo laboral, también para que puedan emprender e incluso continuar con sus estudios. Afectan directa y profundamente la calidad y la proyección de vida de las mujeres.
Eso es algo que hemos comprobado a través de nuestras áreas de educación y emprendimiento en Fundación Luksic, en esta última área con el programa Despega Mujer, mediante el cual hemos apoyado 190 negocios liderados por mujeres del país.
Karen Angulo, tiene un negocio de joyas en Antofagasta y fue una de las ganadoras de la primera versión de Despega Mujer en 2021. Tras pasar por el programa, donde recibió $2 millones de pesos, mentorías personalizadas y capacitaciones, se formalizó, aumentó sus ventas en un 100%, tiene cuatro personas contratadas y está viendo abrir un segundo local. Casos como el de Karen hay varios.
Esta iniciativa fue creada con enfoque de género, precisamente pensando en las necesidades de las mujeres emprendedoras, por lo que pretende hacerse cargo de diferentes barreras como las brechas digitales, la baja autoeficacia, las dificultades de financiamiento, las restricciones familiares y el costo de oportunidad en capacitación. Así por ejemplo, las capacitaciones del programa se hacen con flexibilidad horaria, pensando en aquellas mujeres -muchas de ellas cuidadoras- que les es complejo participar de espacios formativos por los tiempos que dedican a labores no remuneradas.
Potenciar la inserción laboral femenina es responsabilidad de todos los miembros de la sociedad, debemos empujar esto desde diferentes ámbitos pro-sociales y no solo como un tema de agenda de género. Tenemos que crear oportunidades pertinentes, especialmente para aquellas mujeres que tienen labores de cuidado. Impulsar la participación femenina en el mercado laboral mejorará las trayectorias de vida de las mujeres, pero también les dará un impulso para que puedan sacar adelante a sus familias y aportar al desarrollo del país. Como dicen: win win, ¿o no?