Quienes conocen a Rodrigo Inostroza (46), lo pueden describir por su personalidad “busquilla” y siempre tener ganas de hacer algo nuevo. Su alma emprendedora, según dice, siempre lo ha mantenido relacionado al comercio. Partió por la venta de ropa y calzado en Yungay pero el negocio no lo convenció. Quería aspirar a algo más, tener una marca propia y dedicarse 100% a ella.
Rodrigo es nacido y criado en la ciudad de Talca. Sin embargo, hace más de 22 años que vive en Yungay, desde que se casó con su señora Oriana Irrázabal, “yunganina de corazón”, y decidieron formar familia. El Valle de Yungay y la Región de Ñuble en general, son reconocidas por excelencia como zonas trigueras en Chile. De acuerdo a los datos sobre la temporada de cosecha de cereales en 2018-2019 y publicados en el sitio web oficial de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) del Ministerio de Agricultura, el 75% de las siembras de trigo se concentran justamente en las regiones de Ñuble, Biobío y Araucanía.
El mercado del trigo ocupa una de las principales actividades agrícolas en nuestro país. Con esto en mente, las ventajas comparativas de su zona y con la idea de poder concretar el sueño de tener algo propio, Rodrigo en 2018 creó “Trigo Mote Valle Yungay”. Sin embargo, necesitaban impulsar el proyecto y por recomendación de Oriana postuló, sin muchas expectativas, a la primera versión de Impulso Chileno.
Con un buen desempeño, Rodrigo ganó $5 millones para financiar su proyecto y 6 meses de capacitaciones con la Pontificia Universidad Católica. “Fue fantástico, nunca me esperé recibir preparación de la Escuela de Negocios del MBA (UC). Nunca esperé tener un mentor tan preparado, que me pudiera entregar otra visión, ya no como comerciante sino como empresario”, comenta con entusiasmo. “Nos enseñaron a hacer una buena propuesta de negocios y creerse el cuento”.
Rodrigo se ocupa del proceso de selección del trigo, del precocido, secado y envasado. En un principio vendía a granel sacos de 35 kilos a empresas mayoristas de Concepción, Los Ángeles y Chillán. Pero al notar que ese sistema de reventa no le era conveniente, decidió empezar a envasar sus propios productos y apuntar a un nuevo público, como son los almacenes y supermercados. “Fue un proceso de 3 años para llegar al formato que actualmente tenemos. Hoy vendemos envases de medio kilo y kilo, con abre fácil hermético y sellado”.
Este emprendedor cuenta que con “Trigo Mote Valle Yungay” pretende homenajear las tradiciones culinarias del pueblo mapuche. Rodrigo explica que este pueblo utiliza mucho el trigo mote en su gastronomía, donde una de sus famosas preparaciones ancestrales son el “catuto”, una especie de masa hecha con granos triturados de trigo cocido y pelado o trigo mote. Según cuenta Rodrigo, se come con miel o mermelada natural.
En todo el proceso de expansión de su negocio, tuvo que enfrentar las consecuencias del estallido social y después los efectos de la pandemia, que lo obligaron a cerrar durante 5 meses. Inostroza cuenta que este emprendimiento “ha sido todo para ganarle a la adversidad”, y que a pesar de las dificultades, con mucho trabajo de por medio, ha podido levantarse para ofrecer sus productos de calidad, logrando generar alianzas con grandes almacenes y supermercados de la cadena Cugat, que le permite vender su trigo mote desde Rancagua a Puerto Montt.
Los últimos acuerdos comerciales han motivado a este emprendedor, quien ya cuenta con un equipo de cuatro trabajadoras de la zona, ha seguir trabajando para expandir su negocio. “A corto plazo quiero entrar a los supermercados grandes, al Líder, Jumbo, Unimarc y que nuestra marca esté presente en sus góndolas para que la gente nos empiece a conocer”.
Como una meta a largo plazo, Rodrigo espera llegar a otros países, exportar su trigo mote y dar a conocer la cultura mapuche. “Por algo nuestros productos llevan la identidad mapuche y una reseña de la historia ancestral del trigo mote en español e inglés para que así recorra nuestro país y atraviese fronteras”, cuenta.